Moradin:
Nuevamente te quiero agradecer por guiar siempre mi camino. Sé que aun estoy en deuda contigo por el favor que me diste en Falcongrís para con la dama elfa, aunque no sería malo una que otra humana por ahí en algun otro de mis viajes, y enanitas también, por qué no, no creas que no disfruto de las hembras de mi raza.
Además quería pedirte que, si es que es posible, cuides el rumbo de aquel pobre bárbaro que se acaba de ir hacia otro plano con el kadtánach que acabo de derrotar, bueno, con la ayuda de mis amigos elfos y una pequeña niña que pega más fuerte que una patada de mi madre cuando está ebria. Y si ni fuera mucho pedir, ¿podrías hacer que mi cerveza durase más tiempo sin desvanecerse?
Gracias Moradin, de tu devoto servidor
Eberk